Uno de mis mayores placeres en cuanto tengo un poco de tiempo libre es disfrutar del exterior cuando aún no hace demasiado frío. Aunque soy de ciudad, reconozco que el encanto del campo en otoño es sencillamente indescriptible. Las hojas de los árboles caídos que forman una gruesa alfombra en el suelo, el contraste de los diferentes colores de los bosques, amarillos, verdes, naranjas ... la quietud que se respira, todo ello hace que el otoño sea una de las estaciones más bonitas y entrañables.
Es el campo o en el jardín cuando los sentidos se agudizan para captar los aromas del otoño. Y por eso hoy quería compartir con vosotros el exterior que Sandra de Vintage House creó con piezas vintage, una tremenda puesta en escena con reminiscencias rústicas, donde el sabor a campo inunda cada objeto. Me encanta el resultado, sencillo y agradable, y aunque no se puede oler a través de una imagen, imagino mil fragancias que despiertan más de un sentido.
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